El bienestar nutricional se consigue a través de una correcta nutrición. Consiste en dar a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita. De hecho, es difícil separar la idea de bienestar de la idea de una buena nutrición por un motivo, y es que ambas van muy de la mano. ¿Quieres entender por qué? Profundiza y fórmate a través de nuestra maestría en dietética y nutrición + maestría en coaching.
¿Qué es el bienestar nutricional?
Hablamos de bienestar nutricional cuando nuestro cuerpo recibe los nutrientes que necesita, ni más, ni menos. Una mala nutrición puede causar efectos negativos sobre nuestra persona: reduce la inmunidad, aumenta la vulnerabilidad ante enfermedades o altera el desarrollo físico y mental, entre otros.
Según la OMS, la nutrición se define como la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas que tiene el organismo. Una buena nutrición, combinada con actividad física regular, será un elemento fundamental para alcanzar un buen estado de salud.
Hay otros elementos que impactan en nuestro bienestar nutricional, tales como el origen del tipo de alimento que consumimos. En este sentido, es importante promover modos de producción sostenibles que garanticen la salud de los animales que los producen y el bienestar del entorno en el que se cultiven.
¿Qué importancia tiene el bienestar nutricional para nuestras vidas?
La nutrición es a nuestro cuerpo lo que el combustible es para un automóvil. Si ponemos el combustible que no toca, el vehículo no puede funcionar. Lo mismo ocurre con nosotros y los productos poco sanos: ¡si nos alimentamos mal, funcionaremos mal!
Aunque los efectos no son tan evidentes como en un automóvil, sí que podemos apreciar diversas enfermedades y patologías que no tardan en aparecer si nos nutrimos mal. El sobrepeso es la primera de ellas. Eventualmente, si no se pone remedio, aparecerá la obesidad y los problemas derivados de ella, tales como la diabetes, la presión arterial alta o incluso aparición de algunos tipos de cáncer.
¿Qué es una valoración nutricional y para qué sirve?
La valoración nutricional permite conocer el nivel de salud de una persona. También puede aplicarse a un conjunto de población como, por ejemplo, un país. Hay muchos motivos por los que una persona no satisface sus necesidades nutricionales, como la falta de educación al respecto, por razones económicas o por razones sociales. Sea cuál sea el motivo, el problema de la obesidad y la malnutrición siguen estando en el punto de mira por parte de las autoridades, puesto que las consecuencias que tienen para el sistema de salud pública son muy numerosas.
Cómo se evalúa el estado nutricional
A la hora de pensar cómo saber el estado nutricional de una persona, podemos tener en cuenta una serie de datos que nos ayudan a determinar el estado de una persona. Estos son distintos métodos empleados por experto en el sector y que son los siguientes:
- Estudio antropométrico. En este tipo de estudios se tienen en cuenta las medidas físicas como la talla, la constitución y la composición del cuerpo. Se valoran, además, aspectos tales como la edad o el sexo. El estudio antropométrico más famoso y usado es el IMC o índice de masa corporal.
- Estudio bioquímico. Existen tres métodos para evaluar el estado nutricional a partir de datos bioquímicos. Por un lado, podemos estudiar la dieta de la persona y determinar el aporte nutricional de los alimentos que la conforman. Por el otro, se puede estudiar si existe alguna función alterada y si esta es consecuencia de la falta o exceso de un nutriente. Finalmente, existen métodos complementarios y específicos en función de cada situación específica.
¿Cuál es el estado nutricional óptimo?
Alcanzamos un estado nutricional óptimo cuando nuestro organismo obtiene una adecuada nutrición. Esto lo conseguimos con la ingesta de calorías, proteínas, hidratos de carbono, minerales, vitaminas y, no nos olvidemos, ¡grasas! Aunque muchas veces nos bombardean con dietas y productos prohibidos a la hora de “eliminar grasa”, la verdad es que una cierta cantidad de grasa es buena para nuestro cuerpo. De hecho, es justo cuando se producen ingestas desequilibradas de unos y otros alimentos es cuando nuestro organismo entra en un estado de malnutrición.
¿Qué se debe hacer para estar bien nutrido?
Lo ideal para contar con un buen estado de salud nutricional es seguir una dieta equilibrada y practicar actividad física de forma habitual. La mayoría de ellas no son desconocidas ni un misterio, por el que muchas recomendaciones las habremos escuchado con anterioridad. Existen una serie de consejos para estar bien nutrido que podemos implementar en nuestro día a día, estos son:
- Beber entre 5 y 8 vasos de agua cada día.
- Establecer horarios para la ingesta de comida. A media mañana y a media tarde se pueden consumir frutas, yogur o frutos secos.
- Cuando comas, mastica despacio.
- No improvises: planifica tus comidas con tiempo para asegurarte que sean saludables y balanceadas.
- Evita los zumos. En su lugar, come la fruta de la que están hechos.
- Consume verduras y hortalizas.
- Utiliza aceites de origen vegetal y limita el consumo de aquellas grasas que sean de origen animal.
- No comas frituras. Puedes reemplazarlas por asados, al vapor, a la parrilla o al horno.
- Reduce el consumo de alimentos ultraprocesados.
- Reduce el consumo de sal.
- Utiliza poco azúcar en los alimentos, y elimínalo si puedes.
- Consume carne blanca.
- Elimina hábitos de vida poco saludables como el alcohol, el tabaco o el sedentarismo.
- Practica ejercicio de forma regular, al menos 4 veces por semana.
- Duerme 8 horas.
Si queremos mejorar nuestra alimentación y adoptar buenos hábitos, tampoco debemos volvernos muy estrictos y eliminarlo todo de golpe. Todos los cambios cuestan un esfuerzo, y de poco nos servirá si no somos capaces de mantenerlos en el tiempo. ¿Quieres aprender a elaborar dietas saludables y a alcanzar el bienestar nutricional? Consulta nuestra oferta formativa en nutrición y dietética, y profundiza en aquello que te apasiona, te gusta y, lo más importante, ¡te ayuda a sentirte bien!