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    Trabajar la inteligencia emocional en el aula debería ser una asignatura obligatoria en todas las escuelas. Por suerte, cada vez hay una mayor conciencia sobre la importancia de desarrollar nuestra inteligencia emocional y todo lo que conlleva: la regulación y control de las emociones, la empatía y otras habilidades sociales, la autoconciencia y la autoestima.

    Si quieres saber cómo ayudar a los niños y niñas a desarrollar su inteligencia emocional desde edades tempranas, ¡sigue leyendo! En este post aprenderás más sobre este concepto y encontrarás 10 juegos para trabajar las emociones en el aula infantil.

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    ¿Qué es la inteligencia emocional?

    La inteligencia emocional es la capacidad de identificar, comprender y gestionar las propias emociones y las de los demás. Esta habilidad nos permite conectar con nuestros sentimientos y con los de otras personas, mantener relaciones más saludables y empáticas, comunicar con claridad, resolver conflictos y expresarnos con mayor facilidad.

    La autoconciencia, la regulación de las emociones, la motivación en uno mismo, la empatía y las habilidades sociales son los cinco pilares de la inteligencia emocional. Estas cualidades no son innatas, sino que se pueden aprender y desarrollar a lo largo de la vida.

    Las personas emocionalmente inteligentes se caracterizan porque:

    • Atienden a sus emociones, las analizan y trabajan en ellas. No se limitan únicamente a sentirlas.
    • Reconocen sus sentimientos y no los reprimen.
    • Se expresan con sinceridad y claridad y se comunican de manera efectiva.
    • Son razonables y utilizan el pensamiento lógico. Pueden ser soñadores, pero sus proyectos siempre tienen una lógica adecuada a su situación.
    • No son victimistas. Frente a los errores o malos comentarios, tratan de extraer un aprendizaje.
    • Son empáticos y asertivos, y sus relaciones personales son saludables.
    • Se motivan a sí mismos de manera constante.

    La importancia de la educación emocional en la infancia

    La infancia es una etapa crucial para el desarrollo de los niños y niñas. Podríamos decir, incluso, que es la más importante de nuestra vida, y la que mayor influencia tendrá en la edad adulta. Esto se debe a que en la infancia se forma la personalidad y también la capacidad para comprender y manejar las propias emociones y las de los demás, lo que determinará nuestros valores y principios, y nuestro carácter y conducta.

    Así pues, la educación emocional en la infancia es importante por diversas razones:

    • Enseña a los niños a identificar y comprender sus emociones y cómo afectan a su comportamiento. Los niños que son capaces de regular sus emociones son menos propensos a tener problemas de salud mental en la edad adulta. Además, tienen la capacidad de resolver conflictos y enfrentar desafíos con más facilidad.
    • Promueve la empatía y la compasión entre los niños. Les enseña a ponerse en el lugar de los demás y a desarrollar habilidades sociales y de comunicación, lo que permite construir relaciones interpersonales más saludables y significativas. Además, una de las mayores ventajas de la educación emocional es que previene el acoso escolar.
    • Mejora el rendimiento académico, la concentración y la resolución de problemas en el aula. Además, les ayuda a reducir la ansiedad y el estrés en los estudios.
    • Prepara a los niños para la vida adulta al enseñarles habilidades como la gestión del estrés, la resolución de conflictos y la toma de decisiones. Los adultos que tienen una buena inteligencia emocional son más propensos a tener relaciones personales y profesionales saludables y exitosas.

    ¿Cómo trabajar la inteligencia emocional en el aula?

    La inteligencia emocional no es una capacidad innata, es decir, no nacemos con ella. Por esta razón, es primordial que desde pequeños se enseñe a los niños y niñas a gestionar sus emociones mediante técnicas de educación emocional. Todo ello, con el objetivo de aumentar su autoconciencia y mejorar la gestión del estrés, la ansiedad y los conflictos que puedan surgir a lo largo de la vida.

    Además, no hay que olvidar que las emociones influyen en el aprendizaje, sobre todo las que son negativas, como la tristeza, la rabia o la frustración. Un niño que en su casa tenga una situación inestable, donde la violencia es habitual y existe una falta de recursos económicos, probablemente tendrá dificultades a la hora de estudiar y concentrarse.

    La educación emocional es fundamental para ayudar a los niños y niñas a desarrollar su inteligencia emocional. Esta se puede y se debe trabajar desde diversos ámbitos, empezando por la crianza de los padres. En la escuela, los maestros pueden ayudar a los estudiantes mediante actividades y juegos de diversos tipos.

    Juegos para trabajar la inteligencia emocional en el aula infantil

    A continuación, te presentamos 10 juegos para trabajar la inteligencia emocional en el aula:

    • Identificar emociones. Consiste en mostrar diversas imágenes con expresiones faciales y preguntar a los niños qué emoción está sintiendo.
    • Cuento sobre emociones. Leer cuentos sobre emociones y hacer preguntas a los niños y niñas para que identifiquen cómo se sienten los personajes.
    • Juego de “la pelota de las emociones”. Los estudiantes se sientan en círculo y se les pasa una pelota. Cuando la reciban, tienen que decir una emoción que estén sintiendo en ese momento.
    • Juego de roles. Enseñar a los niños y niñas a actuar diferentes situaciones para que puedan practicar cómo expresar sus emociones. Por ejemplo, pueden actuar una situación en la que se sientan enfadados y otra en la que se sientan tristes.
    • Juego de la emoción secreta. Escoger una emoción y pedirle a los alumnos que la representen sin decir cuál es, y los demás tienen que adivinarla.
    • Juego de agradecimiento. Pedirles a los niños y niñas que piensen en algo por lo que estén agradecidos y compartirlo con los demás. Esto les ayudará a reconocer y apreciar las cosas positivas de su vida.
    • Juego de “mi día”. Pedirles a los niños y niñas que dibujan o escriban cómo ha ido su día y cómo se sintieron en diferentes momentos. Esto les ayudará a reflexionar sobre sus emociones y reconocer qué situaciones les generan malestar o bienestar.
    • Juego de la ruleta de las emociones. Hacer una ruleta con diferentes emociones y pedirle a los niños y niñas que cuenten una situación en la que se sintieron de esa manera.
    • Juego de meditación guiada. Guiar a los niños y niñas en una meditación para que aprendan a relajarse y a conectar con sus emociones. Los ejercicios de mindfulness para niños también son una buena opción para ayudarles a gestionar el estrés.
    • Juego de resolución de conflictos. Pueden practicar mediante juegos de rol en los que simulan diferentes situaciones de conflicto para encontrar soluciones juntos.

    Incluir la educación emocional en el programa académico de las escuelas es un factor clave para el buen desarrollo y aprendizaje de los niños y niñas. Así pues, no dudes en formarte con nosotros y especializarte en este área de la psicología infantil.