Ninguna familia es perfecta. Las diferencias de edades, pensamientos y formas de ver las cosas varían de una persona a otra, tanto dentro como fuera del entorno familiar. De esta manera, es muy habitual que, en un momento u otro, surjan diferentes tipos de conflictos familiares. Además, juntarse con parientes con los que no hay afinidad, la ausencia de aquellas personas que eran una figura de unión o tener que compartir espacio con la expareja en alguna celebración son alicientes de peso.
Así pues, si tienes pensado ser mediador profesional, en este post te enumeramos los tipos de conflictos familiares que suceden para que sepas identificarlos.
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Índice de contenidos
¿Qué son los conflictos familiares?
Como hemos mencionado, es inevitable que surjan conflictos en cualquier estadio de nuestras vidas, pues todos tenemos una manera de ser y de pensar diferentes.
En el caso del ámbito familiar, hay que entender la familia como un sistema abierto creado por personas unidas a través de lazos filiales. Al compartir una relación tan estrecha e íntima, cualquier conducta que altere el equilibrio de esta afectará a la dinámica familiar y, por lo tanto, surgirá un conflicto.
Debido a la convivencia, es totalmente habitual que se den disputas entre los miembros de una familia. Y, como consecuencia, esta situación genera preocupación, frustración e inestabilidad. En algunos casos, incluso, resurgen problemas del pasado que nunca se zanjaron.
En todo caso, un conflicto no debe evitarse, porque la agresividad puede escalar. Los mediadores profesionales recomiendan afrontarlo de forma calmada, asertiva, inteligente y con la cooperación de todos los miembros, algo que no siempre se consigue. Además, es importante saber ver que los conflictos también son una manera de aprender y progresar.
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Tipos de conflictos familiares
La clasificación que utilizaremos para diferenciar los tipos de conflictos familiares será en base al tipo de relación y de la fuente del problema. Toma nota:
Según la relación
Según el tipo de relación o parentesco, pueden surgir estos conflictos:
Conflicto de pareja
Los problemas de comunicación, intentar cambiar a la otra persona, la sensación de pérdida de libertad o no saber gestionar los problemas suelen ser los principales motivos de disputa.
Conflicto entre padre y/o madre e hijos/as
La adolescencia acostumbra a ser el foco de este tipo de conflictos, los cuales suelen estar relacionados con las restricciones impuestas por el padre o la madre al hijo/a adolescente.
Conflicto entre hermanos/as
Cuando somos pequeños, las peleas entre hermanos son habituales. El problema está cuando crecemos y están envueltas otras personas, herencias, etc. Por lo tanto, se consideran los más habituales y los que más perduran en el tiempo.
Conflicto con los abuelos/as
La vejez afecta a nivel fisiológico, lo que suele generar frustración en las personas ancianas. Además, unido a las pérdidas de amistades o seres queridos de la misma edad, así como a la diferencia generacional en la manera de pensar, son realidades que afectan a nivel anímico y pueden surgir conflictos.
Según el origen del conflicto
La fuente de una crisis familiar puede ser más de una y darse simultáneamente. Veamos pues cuáles son las más habituales:
- Problemas del ciclo vital, es decir, nuevas responsabilidades o dar pasos importantes, como casarse.
- Problemas externos, surgen a causa de eventos o personas externas a la familia y siempre se busca a los culpables.
- Problemas estructurales, es decir, la reaparición de disputas del pasado.
- Problemas de atención, que suelen surgir en familias con personas dependientes y los cuidadores se sienten limitados.