El feminismo es un movimiento polifacético que, a lo largo de la historia, ha dado lugar a diversas teorías y corrientes con enfoques y objetivos distintos. Todas ellas comparten un mismo principio: la búsqueda de la equidad de género y la eliminación de las estructuras de opresión. En este artículo exploramos cinco de las principales teorías feministas que han marcado la lucha por la igualdad.
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¿Por qué surgen las teorías feministas?
Las teorías feministas surgen como respuesta a la desigualdad de género y la opresión sistemática de las mujeres en distintos ámbitos de la sociedad. A lo largo de la historia, las mujeres han sido excluidas de la educación, la política, la economía y la toma de decisiones, lo que generó la necesidad de teorizar y cuestionar estas estructuras de poder. A continuación, te explico algunas de las teorías más importantes sobre el feminismo.
1. Feminismo Liberal: La Igualdad en el Marco del Sistema
El feminismo liberal surge en el siglo XVIII, en el contexto de la Ilustración y las luchas por los derechos civiles. Se centra en lograr la equidad de género dentro del sistema político, económico y social existente. Sus defensoras han abogado históricamente por reformas legales que garanticen los mismos derechos para mujeres y hombres en ámbitos como la educación, el trabajo y la participación política. Figuras como Mary Wollstonecraft y Betty Friedan han sido clave en esta corriente, luchando por el acceso de las mujeres a oportunidades antes reservadas exclusivamente a los hombres.
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2. Feminismo Radical: Cuestionando la Raíz del Problema
El feminismo radical toma fuerza en la segunda ola feminista, durante las décadas de 1960 y 1970. A diferencia del feminismo liberal, sostiene que la desigualdad de género no es solo una cuestión de leyes injustas, sino que está profundamente arraigada en la estructura patriarcal de la sociedad. Para erradicar la opresión de género, esta teoría propone cambios estructurales profundos, incluyendo la eliminación de normas de género impuestas y la lucha contra la violencia machista. Autoras como Kate Millett y Shulamith Firestone han sido fundamentales en esta corriente.
3. Feminismo Marxista y Socialista: Clase y Género como Ejes de Opresión
Desde finales del siglo XIX y principios del XX, con la expansión del pensamiento marxista, surge el feminismo marxista y socialista. Desde esta perspectiva, la opresión de las mujeres está directamente vinculada a la estructura económica del capitalismo. Según esta teoría, el patriarcado y el capitalismo se refuerzan mutuamente para explotar tanto a las mujeres como a las clases trabajadoras. Una de sus principales propuestas es la colectivización del trabajo doméstico y el reconocimiento de este como una labor productiva. Autoras como Aleksandra Kolontái y Silvia Federici han desarrollado ampliamente estos conceptos.
4. Feminismo Poscolonial y del Tercer Mundo: Visibilizando Otras Realidades
El feminismo poscolonial y del Tercer Mundo surge en la segunda mitad del siglo XX, especialmente en las décadas de 1980 y 1990, como una crítica a las teorías feministas dominantes, que suelen centrarse en experiencias occidentales y de mujeres blancas. Esta corriente enfatiza la interseccionalidad, es decir, cómo el género, la raza, la clase y la geografía influyen en la opresión de las mujeres en contextos históricamente colonizados. Intelectuales como Chandra Mohanty y Bell Hooks han sido pioneras en visibilizar estas experiencias y proponer soluciones adaptadas a cada contexto sociocultural.
5. Estudios de Género: Comprendiendo las Identidades y el Poder
Los estudios de género surgen en las últimas décadas del siglo XX, en un contexto de auge del pensamiento postestructuralista y postmoderno. Más que una corriente feminista en sí, constituyen un campo académico interdisciplinario que analiza cómo las construcciones sociales del género afectan a las relaciones de poder. Influenciados por teorías postestructuralistas, los estudios de género exploran las diversas manifestaciones de identidad de género y sexualidad, desafiando la idea de que el género es una categoría binaria y fija. Pensadoras como Judith Butler han revolucionado este campo con sus teorías sobre la performatividad del género.
Cada una de estas corrientes feministas aporta una perspectiva única y valiosa a la lucha por la equidad de género. Comprender sus diferencias y coincidencias nos permite ampliar nuestra visión sobre las diversas formas de opresión y cómo combatirlas. En definitiva, el feminismo no es un movimiento homogéneo, sino un entramado de ideas y prácticas que buscan construir una sociedad más justa para todas las personas.